Producir audiomedia es lo más parecido a pintar un cuadro sonoro

Hace años colaboraba en una emisora de radio y mi hijo, entonces de 5 años me acompañó a un programa que se emitía en directo. En aquel programa yo tenía una sección de carta abierta en la que hablaba, cada semana, sobre un tema, de una forma un tanto «artística».
Aquel día mi hijo, que se llama Pepe, fue el protagonista del programa ya que le permitieron estar delante de un micrófono y el resultado puedes imaginarlo.
Fue un programa maravilloso que todavía guardo en el recuerdo y en un archivo de audio que forma parte de aquello que uno no quiere perder en la vida.
Al terminar aquel programa quise guardar aquella intervención magistral del pequeño y, por aquel entonces sonaba mucho eso de los podcasts y me pareció una forma estupenda y segura de recoger, no sólo aquel programa sino mis intervenciones posteriores en la radio.
De esa forma comencé a hacer podcasts, con la firma intención de guardar un recuerdo sonoro de quien más quiero en el mundo.